Hoy nos presentamos: Lore, La Presidenta

07.10.2019

Yo soy Lorena, una de las fundadoras y presidenta de Asociación Ohana. Nací en Madrid hace más años que mis dos amigas, aunque a veces no lo parezca.

He vivido siempre rodeada de animales y me han educado en el respeto hacia ellos, por lo que, después de una etapa estudiantil un tanto convulsa, decidí aparcar los libros para empezar mi vida laboral, hasta que, siendo voluntaria en una asociación de animales abandonados, me di cuenta de cual era mi vocación o, al menos, una de ellas. Empecé a estudiar el curso de Auxiliar de Clínica Veterinaria y, al acabar, hice el de Asistente Técnico Veterinario (ATV) y un curso de Fauna Salvaje, aunque este fue simplemente por el placer de saber.

Al acabar estos cursos, tuve un golpe de suerte y pronto empecé a trabajar de ATV en una empresa contratada por el Ayuntamiento de Madrid recogiendo animales perdidos o abandonados en la vía pública y en el Centro de Protección Animal, cosa que me dio una visión del mundo animal y humano que ha marcado el resto del curso de mi vida. Allí, después de curar una herida enorme a una perrita me di cuenta que mientras los humanos siguieran maltratando y abandonando animales, por muy bien cuidados que estén en el centro, aquello seguiría llenándose día tras día. Llegué a la conclusión de que educar a la gente para que esto cambie sería la mejor opción. Si, cuidar y curar a los perros es muy gratificante, pero es mucho mejor no tener que hacerlo en estas circunstancias.

Con esta idea en mi cabeza entré a estudiar Educación Social en la Universidad Complutense de Madrid, donde conocí a mis dos compañeras y donde descubrí mi otra vocación. Adoro la Educación Social. Durante la carrera no sólo aprendí los fundamentos y procedimientos de esta profesión sino que, además, aprendí a trabajar en equipo, aprendí a abrir la mente a nuevas experiencias y aprendí tantas cosas buenas y diferentes que me han hecho crecer como persona de una manera que jamás hubiera imaginado el primer día.

Una vez terminada la carrera me di cuenta que, con la mochila que había hecho durante los años que pasé en la universidad, había perdido la perspectiva de lo que me había llevado a ese momento, por lo que empecé a plantearme cómo podía volver a la raíz de todo sin volver a dejarme nada entre los dedos. Cómo podía aunar ambas pasiones y llegué a la conclusión que especializándome en Terapia Asistida con Animales encontraría esa unión. Investigué (mucho) y, efectivamente, ese era EL CAMINO, así con mayúsculas. El camino que me llevaría a la más absoluta felicidad tanto laboral, como personal. Ahora mismo estoy terminando el curso de TAA esperando poder hacer las prácticas para, por fin, poder empezar a ejercer. No veo el momento.

Dejando a un lado el tema académico y profesional y entrando en un plano un poco más personal, debo decir que lo que más me gusta en el mundo es, como os podréis imaginar, dedicar mi tiempo a mis perras Pelusa y Mía y a mi gato Moreno, que es un bicho y el rey absoluto de la casa. Me encanta el deporte, todo, cualquier cosa que implique movimiento y esfuerzo físico, pero los que más las artes marciales (practico kick boxing), el patinaje y el fútbol, soy una apasionada de la lectura, me leo todo lo que cae en mis manos desde artículos sobre todo tipo de cuestiones curiosas a las novelas más pastelosas, pasando por las de acción o fantasía o los botes de champú. Me gusta mucho escribir, empezó como una forma de aclarar pensamientos y se ha convertido en un hobby que espero que pueda pasar pronto a mayores. Otro de mis pasatiempos favoritos es, como buen ser social (aunque a veces no mucho) es quedar con mis amigos, sentarnos en una terraza o en el banco de un parque y contarnos nuestras cosas, que siempre hay algo nuevo que contar. Entrar en cada tienda de decoración que encuentro me chifla, jamás compro nada, pero lo miro todo con mucho interés. La naturaleza sería un capítulo aparte, puedo perderme horas y horas paseando entre árboles o sentada en la playa simplemente mirando y escuchando el mar o dentro del agua, simplemente sintiendo el vaivén de las olas o jugando a cualquier tontería (esto me pasa también en las piscinas, puedo pasarme las horas muertas dentro del agua, creo que en otra vida fui sirena).

Más que una aproximación a lo que es mi vida, este texto es una puerta abierta a la misma, pero espero que haya cumplido la función de que nos conozcáis un poquito más, tanto profesionalmente

como de forma más personal y que os anime a querer saber más sobre los proyectos y actividades que iremos realizando en la Asociación.

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